domingo, 16 de diciembre de 2012

Personas


Dicen que cada cosa que nos ocurre, sucede por alguna razón. Nada ocurre sin sentido, de todo podemos sacar algo, bueno o malo, pero siempre algo: una experiencia, una lección, un sentimiento que desconocíamos…
También dicen que todas las personas que pasan por nuestra vida traen algo consigo: valores, recuerdos, formas distintas de ver el mundo y la vida, unas veces más atinadas que otras…
¿Y lo que yo digo? Pues que estoy de acuerdo. Cada persona que ha pasado por mi vida me ha dejado algo. Las cosas malas he tratado de olvidarlas y las buenas las he querido llevar a mi lado siempre…
A veces, por encontrarte con alguien que no te convenía, tienes que madurar más rápido, aprendes cosas que no son de tu tiempo, que no era necesario que supieras todavía. No vives lo que te toca vivir por lógica, si no algo que te esperaba en el mismo camino, pero más adelante. Una cabeza más madura que lo que por el cuerpo se esperaría.
Otras personas llegan para quedarse para siempre, los amigos de verdad, los que te dicen las cosas que no haces bien sin miedo a que te enfades porque tienen razón, aunque en un primer momento no lo sepas. Esas personas que convierten en imprescindibles sin darte cuenta y si un día faltan… es un día perdido en la vida. Pero si se van para toda la vida… quedan anclados al corazón y consiguen vivir allí siempre.
Hay incluso quien llega con promesas que duran un tiempo, y a las que te aferras con todas tus fuerzas. A esas personas es difícil identificarlas. Primero crees que son lo mejor del mundo, luego se van y sigues pensando lo mismo… y cuando consigues sustituirlas vuelven para alejarte de esos otros que entran en tu vida y si lo consiguen vuelven a irse antes de que puedas reaccionar. Entonces consigues identificarlas: egoístas, personas que ni quieren ni dejan querer…
Las personas a las que el anterior alejan pueden ser muy distintas… llegan a tu vida por algo, pero no es fácil ver la razón: te enseñan el lado bonito de la vida, a no tomarte en serio aquello que no tiene importancia, te enseñan a vivir con ilusión, o tal vez hagan todo lo contrario y pinten todo tan bonito que sea irreal, que solo pueda existir en un mundo perfecto, ideal… Aún así esas personas siempre serán más felices por no dejarse amargar… por no dejarse caer en los peores momentos…
Habrá personas a las que quieras y te desvivas por ellas, pero no sean capaces de verlo, al menos hasta que no desaparezcas y vean el hueco tan grande que dejas… Pueden hacerse a la idea o pueden caer en el error de querer recuperar lo irrecuperable… algo roto en mil pedazos.
Habrá quien te ponga la vida patas arriba, por bueno o por malo, pero alguien habrá que lo haga… A veces ves a alguien que te hace todo sencillo, fácil, alguien con quien todo es perfecto, alguien que te entiende y en quien puedes confiar, alguien interesante con quien puedes hablar de cualquier cosa durante horas, pero con quien no es el momento por mucho empeño que pongas… O puede aparecer la persona a la que llevas esperando toda la vida, aquella que desde pequeña te hacía quedarte con la boca abierta cada vez que lo veías, y que te des cuenta de que todo lo que esperabas de esa persona estaba únicamente en tu cabeza, que era humo con la forma que tú querías… pero el humo se disipa… y solo queda una figura estática y tímida en medio, que te mira fijamente cada vez que pasas por delante, sin atreverse a decir nada, solo esperando a que tú te pares delante de ella y digas hola… Aunque no sea lo que tu creías, merece la pena que llegue a tu vida de una vez, al menos para quitarte la venda de los ojos...


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