Dicen que cada
cosa que nos ocurre, sucede por alguna razón. Nada ocurre sin sentido,
de todo podemos sacar algo, bueno o malo, pero siempre algo: una
experiencia, una lección, un sentimiento que desconocíamos…
También
dicen que todas las personas que pasan por nuestra vida traen algo
consigo: valores, recuerdos, formas distintas de ver el mundo y la vida,
unas veces más atinadas que otras…
¿Y lo que yo digo? Pues que
estoy de acuerdo. Cada persona que ha pasado por mi vida me ha dejado
algo. Las cosas malas he tratado de olvidarlas y las buenas las he
querido llevar a mi lado siempre…
A veces, por encontrarte con
alguien que no te convenía, tienes que madurar más rápido, aprendes
cosas que no son de tu tiempo, que no era necesario que supieras
todavía. No vives lo que te toca vivir por lógica, si no algo que te
esperaba en el mismo camino, pero más adelante. Una cabeza más madura
que lo que por el cuerpo se esperaría.
Otras personas llegan para
quedarse para siempre, los amigos de verdad, los que te dicen las cosas
que no haces bien sin miedo a que te enfades porque tienen razón, aunque
en un primer momento no lo sepas. Esas personas que convierten en
imprescindibles sin darte cuenta y si un día faltan… es un día perdido
en la vida. Pero si se van para toda la vida… quedan anclados al corazón
y consiguen vivir allí siempre.
Hay incluso quien llega con
promesas que duran un tiempo, y a las que te aferras con todas tus
fuerzas. A esas personas es difícil identificarlas. Primero crees que
son lo mejor del mundo, luego se van y sigues pensando lo mismo… y
cuando consigues sustituirlas vuelven para alejarte de esos otros que
entran en tu vida y si lo consiguen vuelven a irse antes de que
puedas reaccionar. Entonces consigues identificarlas: egoístas, personas
que ni quieren ni dejan querer…
Las personas a las que el
anterior alejan pueden ser muy distintas… llegan a tu vida por algo,
pero no es fácil ver la razón: te enseñan el lado bonito de la vida, a
no tomarte en serio aquello que no tiene importancia, te enseñan a vivir
con ilusión, o tal vez hagan todo lo contrario y pinten todo tan bonito
que sea irreal, que solo pueda existir en un mundo perfecto, ideal… Aún
así esas personas siempre serán más felices por no dejarse amargar… por
no dejarse caer en los peores momentos…
Habrá personas a las que
quieras y te desvivas por ellas, pero no sean capaces de verlo, al menos
hasta que no desaparezcas y vean el hueco tan grande que dejas… Pueden
hacerse a la idea o pueden caer en el error de querer recuperar lo
irrecuperable… algo roto en mil pedazos.
Habrá quien te ponga la
vida patas arriba, por bueno o por malo, pero alguien habrá que lo haga…
A veces ves a alguien que te hace todo sencillo, fácil, alguien con
quien todo es perfecto, alguien que te entiende y en quien puedes
confiar, alguien interesante con quien puedes hablar de cualquier cosa
durante horas, pero con quien no es el momento por mucho empeño que
pongas… O puede aparecer la persona a la que llevas esperando toda la
vida, aquella que desde pequeña te hacía quedarte con la boca abierta
cada vez que lo veías, y que te des cuenta de que todo lo que esperabas
de esa persona estaba únicamente en tu cabeza, que era humo con la forma
que tú querías… pero el humo se disipa… y solo queda una figura
estática y tímida en medio, que te mira fijamente cada vez que pasas por
delante, sin atreverse a decir nada, solo esperando a que tú te pares
delante de ella y digas hola… Aunque no sea lo que tu creías, merece la pena que llegue a tu vida de una vez, al menos para quitarte la venda de los ojos...